En ese entonces aunque estaba de novia, no corría por mi" mente" la idea de casarme." La puerta se cerró detrás de mi", junto con la melodía del bolero que estaba escuchando, tomé el corte de tela e inmediatamente se convirtió en mi imaginación en una pollera teñida color verde, tan de moda: el batik en ese entonces. Mis manos también quedaron verdes. Sin embargo no olvido, mi alegría mientras iba naciendo una pollera al bies con cintura ancha: en base a un molde de la Revista Burda.
Editorial Burda. Verano /91
Puedo Conseguir lo Quiero
Querida Lectora, querido lector:
Estoy segura de que todos hemos tenido alguna vez en nuestra vida la horrible sensación que las cosas se tuercen de tal modo, que parece no haber remedio para enderezarlas. Es esos momentos nos sentimos abandonados por Dios y el mundo entero; da lo mismo que la desesperación tenga un motivo real o que se deba a un sentimiento que reside en lo mas profundo del alma,, casi todos pasan por tales momentos carentes de perspectivas.
La desesperación es la incapacidad de actuar ante el amor, la situación económica, la desilusión la soledad o la enfermedad. Cuando se cree en el fracaso, se ha perdido la confianza en si mismo y es obvio que todo salga mal o no funcione.
El miedo se esconde detrás de la desesperación; y el miedo es lo que se opone a la claridad de las ideas, a tomar decisiones y actuar conscientes de alcanzar una meta.
¿Como podemos ganar confianza? En primer lugar,la experiencia que , de los diez acontecimientos que tememos van a ocurrir, generalmente nueve se quedan en puras conjeturas. Nuestra imaginación no tiene límites, abandona demasiado pronto el fundamento de la realidad y tiende a la exageración. Las personas cuanto más sensibles, mas se decepcionan, reprochándose todo lo acaecido, lo que equivale a maltratarse.
Cuánto más delicado sea el espíritu, mas se tiende a la exageración en momentos de estrés.
Lo mas importante en éstos casos es guardar una buena porción de serenidad para poder distanciarnos de los problemas. Con un poco más de tranquilidad la situación nunca es tan desesperada.
A excepción de algunas situaciones límites, como un enfermedad incurable, siempre está en nuestras manos conseguir una mejoría, salir de la crisis por fuerza propia. Para ello no se necesita más que valor, adaptarse a una nueva situación y tomar la decisión de no echarse para atrás, sino de luchar por o en contra de algo.
Antes de desesperarse, piensa que los golpes que la vida no da, se pueden sobrellevar o por lo menos nivelar con los momentos de éxitos que ella nos ofrece.
La mejor receta contra la aprensión reside en la transformación de le energía que entraña el miedo. Esta energía tenemos que utilizarla para dar solución los problemas. No sólo en el valor sino también en la falta de esperanza que anida gran energía, una especie de motor. Y éste hay que ponerlo en marcha si queremos seguir andando. Lo más importante es, sobre todo, la fe y la confianza en uno mismo y en el propio valer: "Todo lo que quiero, lo puedo conseguir", me he dicho a menudo en la vida. Y de este modo he conseguido tanto o más de lo que quería.